Mi nombre es Juan Pimentel, pero la mayoría me conoce como Joey, o ahora, JP. El apodo vino de mi familia (aunque hasta el día de hoy mi mamá, mi hermana y mi papá juran que fue idea suya). Nací en Nueva York, crecí en la República Dominicana y fui formado por la resiliencia silenciosa que nace de tener que resolver solo.
En mi adolescencia viví con una familia mixta mientras mi papá —un soñador con una ética de trabajo imparable— viajaba por el país persiguiendo grandes ideas. Era el tipo de hombre que veía fábricas donde otros veían ruinas, y granjas donde otros veían vertederos. Nunca dejó de trabajar. Y esa energía… se me pegó.
Pero la vida no fue solo sueños y victorias. A los 15, nuestra familia sufrió un colapso financiero que me obligó a replantear todo. Tuve que emanciparme legalmente solo para poder aplicar a ayudas gubernamentales y pagar mis estudios. Me mudé a Puerto Rico. Luché. Fracasé con al menos cinco ideas de negocio, incluyendo una línea de ropa para bebés llamada The World of Hug. Pero seguí.